A orillas del Mar Rojo, Jeddah supone uno de los principales puntos iniciales de peregrinación del país y esconde una joya importante, su barrio antiguo. Sus calles peatonales, llenas de bellos e interesantes edificios, se han convertido con el paso de los años en su principal atractivo. Un mix perfecto entre tradición y modernidad a vuestro alcance.
Esta Mezquita del Profeta representa uno de los lugares más venerados y santos de la religión islámica. Alberga la tumba del profeta Mahoma y actualmente cuenta con capacidad para más de 250.000 feligreses.
Ubicado en una colina y rodeado de palmeras, se configura como uno de los restos más importantes de la cultura saudí.
Os enamoraréis de sus estructuras rocosas, de diferentes formas y tamaños. Declarado Patrimonio de la UNESCO.
Más de 200 kilómetros de arenas rojas y formaciones rocosas se extenderán ante vuestros pies.
Aguas cristalinas para bucear y la maravillosa sensación de conocer una amplia biodiversidad. Podréis, además, observar la gacela arábiga, una especie en extinción, en su propio hábitat.
Los paisajes desérticos combinan a la perfección con las ciudades clásicas y modernas, cuyos edificios son testigos mudos de la evolución de la cultura árabe a través de los siglos. Una aventura casi cinematográfica, en la que podréis sumergiros entre las dunas e imaginar mil escenarios posibles.
En una Luna de Miel en Arabia Saudí podréis olvidaros absolutamente del turismo masivo. Es uno de los destinos menos visitados de Oriente Medio, lo que os permitirá disfrutar de sus espacios, monumentos y ciudades con total tranquilidad. Descubriréis lugares que tan solo los locales han pisado antes.
La saudita es una de las cocinas más complejas, completas y deliciosas de la zona. Os deleitaréis con carnes de pollo y cordero, sazonadas con las mejores especias.
Si elegís una Luna de Miel en Arabia Saudí, podréis recorrer sus riyadhs, montañas e incluso safaris, además de disfrutar de interesantes costas y playas.
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